De vacaciones? Una mezcla de
emociones
Hacia
aproximadamente 3 años que no viajábamos en avión en familia. Estábamos
entusiasmados con las vacaciones que habíamos preparado y para lo cual habíamos
anticipado a nuestro hijo Juan José, un joven con autismo de 20 años de edad, todo
iba muy bien hasta cuando algo que aún no comprendemos, le molestó y
emocionalmente no pudo manejar la situación, el tiempo de espera en la sala fue
corto; sin embargo como en otras
ocasiones tuvimos que sobrellevar las miradas de extrañeza y de curiosidad, que
develan el desconocimiento y la incomprensión de quienes no conocen sobre estas
situaciones que afrontamos algunas familias. Los primeros minutos del vuelo
fueron de preocupación y en mi caso de angustia, al no comprender muy bien que
le estaba sucediendo a Juan José, ya que él estaba muy entusiasmado con su
viaje.
Al
transcurrir de algunos minutos durante el vuelo le hablamos, le dijimos que no
pasaba nada, que llegaríamos a nuestro destino a la 9:30 de la mañana, ya
habíamos evidenciado que él se encontraba algo nervioso, su respiración estaba
más rápido de lo normal, al igual que los latidos de su corazón, en resumen
estaba talvez asustando o nervioso como se puede poner cualquier persona cuando
va a viajar en avión, pero que su forma de manifestarlo es distinta. Poco a
poco se puso más tranquilo y el viaje terminó muy bien para todos.
Al llegar
hotel y en vista que nuestro registro se haría en las horas de la tarde,
decidimos salir a caminar un poco, como fuimos a una ciudad donde ya había estado
en otras ocasiones, él muy feliz nos condujo a un sitio, que en el momento
pensamos a él le gustaba y por su puesto recordaba. Minutos después llegamos al
destino de Juan José, el hotel en el cual nos habíamos alojado en las ocasiones
anteriores, le explicamos que esta vez no nos quedaríamos allí, pero el
insistía. Al regresar de nuevo al hotel donde teníamos la reserva, él quería ir
directamente a una habitación, lo que no era posible aún, entonces se repite de
alguna manera la situación vivida en el aeropuerto; sin embargo, ya en el hotel
teníamos la posibilidad de solicitar que le permitieran disponer de su
habitación. Una vez expuesta la
situación y luego de un tiempo, logramos que el coordinador de alojamiento, nos
apoyara en nuestra solicitud.
Comparto
nuestra experiencia como familia, pues sin duda nos ayuda a comprender la forma
de ser de nuestros hijos, que muchas veces, aun cuando vivimos su día a día, nos
encontramos con cambios inesperados; nosotros no hubiéramos imaginado que Juan
José estuviera angustiado o nervioso por el viaje, pues las veces que habíamos
viajado en avión, siempre lo disfrutó, también porque al igual que en otras
ocasiones, lo anticipamos y no evidenció nada diferente a su alegría y deseo de
su viaje. Con respecto al hotel, Juan José por lo general asocia la ciudad
donde viaja con un sitio y la habitación donde se quedó la primera vez,
pareciera que esto le da seguridad; es por esto que tratamos en lo posible de
tener otras opciones para que él comprenda que no siempre se puede ir al mismo
sitio, o la misma habitación, como también todo lo que implica salir de
vacaciones.
Luego de
este primer día algo difícil, ratifico una vez más, que el día a día con
nuestros hijos es un aprendizaje constante.
Lograr comprender lo que no se dice, o no se comunica, pero que se
siente; nos frustra y nos hace sentir impotentes; que como familia aunque damos
todo, a veces nos sentimos solos, que nos falta una sociedad dispuesta a apoyar,
a comprender, que trascienda de una mirada que intimida, que juzga, que señala;
que la tarea apenas comienza y que como familias nos toca tener buen pulso,
buena letra y sobre todo resiliencia y resistencia para lograr hacerla lo mejor
posible.
Edith Betty Roncancio Morales
Directora
LICA Liga Colombiana Autismo
Nuestros hijos son una cajita de sorpresas y tenemos que estar dispuestos a afrontar diferentes situaciones en cualquier ambiente, la tarea es saber abordar la situación para finalmente brindar seguridad, comprensión, inclusión a nuestro hijo y por ende a nuestra familia.
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